Este texto lo dedico a toda persona que en este momento, se encuentre en medio de un torbellino de su ciclo emocional, que las sensaciones que afloran, llevan a ese pasado que dejo la herida, donde hay un aprendizaje latente.
Diversas tradiciones antiguas, contemplan la vida y su desarrollo cíclico a través de una primera matriz de polaridad, entre la energía yang (expansión) y la energía yin (contracción).
Cuando entras en el proceso de observar, miras este lenguaje primordial en el frio y el calor, en la luz y la oscuridad, en el día y la noche, en el invierno y verano, y en la vida y la muerte como también en nuestros cuerpos y en nuestros comportamientos y en las causas de nuestros desequilibrios que nos llevan a las raíces de las heridas que marcan nuestro camino.
En estos tiempos necesitamos la energía de contracción, que nos lleva a la tierra y al agua interna, como medicina para sanar, es urgente escuchar nuestro tierra-cuerpo, que nos habla sobre el cuidado esencial de nuestras necesidades básicas, ¿ qué comer para nutrirnos?, ¿Cómo movernos para encontrar armonía?, ¿Cómo respirar para llenarnos de prana? y cuando parar para descansar .
Conectar con nuestras aguas-emoción , que nos lleva al centro del pecho, para llorar lo que duele y gritar lo que sobra, que las aguas estancadas acaben de fluir , que podamos conectarnos con nuestra sensibilidad para vivir una vida sentida, no solo pensada y aflorar nuestra intuición para percibir lo intangible del misterio de esta existencia, pero sobre todo, observar nuestras aguas internas que corren como un río, que nos llevan al corazón para hablarnos de empatía, comprensión y amor, por un@ mism@ y por todo las vivencias que son parte de nuestra historia.
Que podamos en este ciclo ir hacia las heridas una y otra vez, hasta llegar a ese punto donde solo sientas y visualices que ese círculo se transforma en esa línea de avance en tu camino, donde todo sana, todo trasciende y te deja mas libre, mas conectad@ a esto que es la vida.
Revisar las heridas es ir hacia el miedo para transformarlo y dejar espacio para los sueños.
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